Y te quise como a nadie he querido.

Y te amé como a nadie he amado.

Y reí como nunca había reído.

Y sentí como nunca había sentido.

Y por ti fui quien no he vuelto a ser.

Tú fuiste lo más bello y dulce.

Lo más hermoso y excelso.

Lo que no he vuelto a conocer.

Tus besos fueron lava.

Tu respiración un huracán.

Y yo me ahogaba en tu oceano

cuando me rescataba el oxigeno de tu deseo.

Todos los puntos cardinales fueron tú.

Y todos los puntos intermedios también.

Y llené mi sed de tu rio de estrellas.

Y te bebí cómo la última gota que bebió el Sahara.

Ernesto Onofre

Leave a comment