La obscuridad de la noche y sus estrellas
es buena para reposar el cuerpo…o darle al cuerpo…
dependiendo de la noche …y las circunstancias.
Descansar la mente…y soñar.
La obscuridad del dogma y su cavernosa garganta…
es mala para la mente. Es un cepo en los tobillos de tu imaginacón. Plomo.
Una nube borrascosa sin lluvia. Un viento sin polen. Un aguila sin alas.
Un vampíro succionando tu felicidad. Tu vida.
Esa es la diferencia.
Ernesto Onofre