Aparece el bello toro en escena…
el público se asombra ante semejante belleza.
Camina al centro de la arena el Matador en su traje de Narciso.
Esbelto, ágil…como un egresado del Ballet Nacional.
Los hombres en los palcos hacen el amor a sus puros
mientras beben de las vaginas de sus botas de vino.
Para embotarse los sentidos e imaginarse ser el torero
que en sus mascaras de maquillaje las mujeres desean.
El bellísimo ejemplar comienza a ser hostigado brutalmente…
a diestra y siniestra, con dardos punzocortantes acerados…
La sangre brota a borbollones de su hermosos cuerpo
y el público vulgar grita eufórico formando una colectividad histérica.
Sus miradas, sádicas, vidriosas y aliento fétido contemplan el tormento
gritando: viva…! olé….!olé…!ole…!
El pobre toro luce desorientado por la fatíga y el castigo…
no es lo mismo desplazar 60 ( en dos piernas ) a 600 kilos de peso en cuatro patas.
El narcisista matador, sin saberlo ( lo que sabe es que quiere salír de la pobreza )
realiza multiples operaciones de fisica y trigonometría en segundos…
teniendo que calcular el peso de la navaja y la fricción del viento contra la misma
en esta o aquella dirección.
El equilibrio corporal es critico en el momente de tirar la estocada…
el público enardecido…la élite…el rico codeandose con el rico…
el pobre con el pobre en el último palco, el que roza las nubes.
Donde estaba? ah, si…
el egresado del Ballet Nacional de Matadores
asesta el toque finál…la multitúd enloquece…
aquél increíble ejemplar cae inerte ante la muchedumbre…
Ni Jesucriso fue muerto así…
bueno, aparte de las tremendas alcayatas…y nomás…
pobre Cristo…sin alguien que le diera un traguito de agua…
yo le habría dado un barril de vino…después de haber matado a los putos Romanos.
Ah…y el pobre toro es arrastrado fuera de la escena…
como basura…su cuerpo aun tibio…
mientras el vulgo se despide…se abraza…
y se dicen: hasta la proxima.
Que valentía…! que forma tan baja de matar el aburrimiento…
ahora que…? ir a casa…terminar de embriagarse y fornicar…( si aun fuera posible )
Y la Plaza queda vacía…y el mugído del toro lo repite el eco…
y nadie lo escucha…nadie lo siente…sólo el cielo…
Por la noche la luna besa la sangre humeda dejada en la arena…
cómo cuando besó las lagrimas de Jesus y los labios de Judas.
Y fue luego llevado al Golgota…como el pobre toro…al sacrificio…en lugar de
Barrabás…para hacer reír, babear y gritar a miles más.
EO