Que las musas desnudas sean todas tuyas
acompañadas del eco eterno de tus versos en el alma de la selva Güaraní.
Que las estrellas se reúnan en concilio para consultarte
antes de despertarte.
Que los rios de tu pueblo canten
la música de tus estrofas y otros escritos.
Que la Niña de Guatemala descanse en paz
y la recuerdes en tus oraciones.
Martí, tu amor por el cubano
fue el amor por el humano.
Incluíste a todos en el pincel de tu puma.
Dijiste: todos somos hermanos dondequiera que estamos.
Una bala no te detuvo de decirlo.
Has sido una gota estelar que no ha cesado.
Tu cuerpo no estará
mas tus versos nunca morirán.
Ernesto Onofre