Eres toda mia y me perteneces.

Cáda átomo mio eres tú.

Cáda milimetro cúbico mio.

Cáda inhalación mágica.

 

Eres la llama de mi discernimiento.

La brújula que me guia.

La alegría que me embriaga.

El fuego que me quema en su pira bendita.

 

Vida, rocio mágico de cada mañana.

Mariposa multicolor en el arco iris de mi corazón.

Ardes cómo un volcán sin dañarme. Sólo siento tu energía.

Los petalos de tus vientos son los que siento en mis mejillas.

 

Vida, tómame todo en tu seno.

Hazme tuyo de aquí hasta la eternidad.

Permiteme respirarte hasta el último instante.

Y luego me sepultas en tu eternidad.

 

Ernesto Onofre

 

 

 

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