Se come tus ideas.
Salario.
Mano de obra.
Tu cuerpo ensangrentado después de una protesta.
Tu tiempo.
Respiración.
Lugar de esparcimiento.
Tu opinión.
Tu risa.
Llanto.
Y tu opinión, es lo que más detesta.
No tolera tus movimientos por Reforma al Zócalo.
Es un Polífemo monstruoso.
Hemos de emular a Ulises para salir de esta madriguera.
Embriagando al monstruo con el vino de la adulación…
y atravezarle su odioso ojo con la punta candente del voto.
Y salir así de esta odiosa opresión y respirar el viento puro.
Luego de despacharnos a todos esos que han estado comiendo
y viviendo de la sagrada casa del senado. Como Ulises lo hizo
con los parásitos pretendientes de Penélope.
De uno en uno hasta el último.
Incluyendo a las Celestinas coadyuvadoras.
Colgandolas de los árboles. En este caso, del poste del Zócalo.
Y al resto de vividores, amontonarlos todos en una pira…una Torre de Babel de ladrillos humanos…y prenderle fuego con el ocóte sagrado de la Libertad.
Y luego limpiar, como Ulises la casa. Con el aroma sagrado del copál e incienso.
Y lavar el interior de la sala y comedor hasta dejarla libre de inmundicia.
Deshaciendonos de la sangre de los bastardos sucios y corruptos.
Ernesto Onofre