Quiero darte las gracias por un dia más.
Estuvo soleado y claro. Bello. Caluroso.
Yo sabía que era tu aliento.
Porque llegaba acompañado del aroma de las rosas.
Espero hayas conversado con Madre Mexíca.
Ya sabes como le encanta platicar contigo. Salúdamela.
Ojalá que tu también hayas tenído un dia lindo.
Y que el cenzontle haya acariciado tus oídos.
Gracias por haberle dado presteza a mis reflejos hace una hora.
Cuando regresaba a casa de haber ensayado con mis amigos.
Casi atropello a un lindo coyote.
Niña Tonantzin, se me erizó la piel. Gracias niña hermosa.
Ya no te entretengo más.
Trata de visitarme a medianoche.
Eres tan sutíl como el viento y he de sentir tu presencia y aspirarte.
Y llevarte al fondo de mis pulmones y torrente sanguineo.
Tu niño.
Ernesto