1950’s
Margarita vivía en un apartamento sobre la calle Manzano.
En Guadalajara. A unas cuadras de una fábrica de galletas.
Le gustaba ver sus ” comedias ” . En compañía de don Goyo. Su vecino.
A un lado vivía Bertha, mi prima. Su hija. Si mal no recuerdo.
Yo iba y jugaba con mi primo Juan haciendo esta y otra vagancia.
Mi tía Margarita nos regalaba una ollita de leche de vez en cuando.
Tenía una risa estruendosa.
Josefina.
La conocí en…el ’59 o en el ’60.
Creo que en el invierno. Esa noche que fueron a la casa de Prado 569.
Juan y Jesús iban en abrigos de lana y mi tía también. Mi tío André iba de traje.
Fue la noche que probé a mi primo Juan a ver si era tan atrevido como yo.
Invitándolo a subir a toda prisa a la azotea. Y pasó la prueba con un Diez de calificación.
Malena.
Conviví mucho con ella durante la década de los setentas.
Viví en casa de mi prima Lucina por un par de meses.
Me hice chofer y acompañante de ellas por ese tiempo.
Me invitaron a múltiples restaurantes. Todos excelentes.
A mi tía Malena le encantaba comer afuera. El Coto de…no recuerdo.
Era uno de sus favoritos. A mi me encantaba el mercado de San Ángel.
A Malena le encantaba socializar. Oír a Carmela y Rafael. Tomar la copa.
Su risa era un río de alegría. Invitaba mucho a las Ruiz. Y una noche fueron
ellas y otras personas. Y entre ellas Rosa. Oh, Rosa…oh Rosa.
Porque no me casé contigo? Pero si ni tenía para el camión, menos para casarme.
Ellas fueron las hermanas de mi padre.
Lo que tuvieron en común.
Vivir la vida en pleno. Riendo y conversando.
Que las estrellas las cuiden.
Las amo.
Ernesto Onofre