Hay un cuarto o habitación de…10 por 10 por cinco metros.

Las paredes son blancas. El piso de un azul cielo.

Oigo la voz de Luis Antonio.

Lo veo lavando? el piso…hay un volumen de agua de una manguera

que parece el cuerpo de una anaconda. Es muchísima agua.

No hay un solo mueble. Ni un cuadro en las paredes.

Se oye un sonido de lluvia estrepitoso.

De repente la pared al fondo se transforma en una ventana amplísima.

Se observa un bosque denso y verdoso. Con árboles gigantescos.

El agua se va formando un remolino por el desagüe al centro de la habitación.

Quiero pedirle a Luis Antonio que ya no use más agua..cuando todo de repente cesa…

——-0——

Me despierto. Voy al baño y a la cocina a tomar agua.

——0—–

Vuelvo a dormir. Con mucho trabajo. Estoy piense y piense.

Y oigo el timbre de la puerta.

La abro, y hete que quien está frente a mi es Armando.

En una camisa blanca. Pantalones vaqueros y una chamarra de piel

color café obscuro igual a la mía!

Hay un niño a su derecha. Parece ser Gabriel.

Armando luce de una edad de 27 años…con una sonrisa plena.

Su cabello es negro como las plumas del cuervo.

Hay una profundidad en tercera dimensión. Veo las ramas pendientes

del arbolito. El pozo falso atrás de Armando. El pasto…la calle al fondo…

las luces de noche de la vecindad…

Súbitamente la sonrisa de Armando cambia a una mueca macabra…

quiero gritar porque estoy sintiendo que todo es una pesadilla.

Trato de gritar el nombre de Danette. Para que me mueva y me despierte.

Como lo hago cuando ella tiene un mal sueño.

Pero no puedo. Me despierto. Agitado y sudando.

Voy al baño de nuevo y me enjuago la cara con agua fría.

Tomo más agua y regreso a la cama.

Ernesto Onofre

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