Se aproxima la medianoche.

Todo se encuentra en su sitio.

Las estrellas, la luna, el viento.

El ulular de la lechuza.

El Rocío humedeciendo tus mejillas.

Mientras te proteges con el rebozo.

El cementerio respira vida.

La que hala de tu llanto y tu risa.

Las losas de cantera reflejan las velas.

La Flor de sempasuchil luce gigantesca.

Y todos forman un círculo tomándose de las manos.

Inclinan sus frentes y oran por sus Muertos.

Un viento lluvioso y una llovizna

los hacen retirarse prematuramente.

Pero ustedes cumplieron con el rito.

Y pueden irse a dormir tranquilos.

Ernesto Onofre

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