Estoy en el techo de un alto edificio.

Hay un río inmensamente ancho.

De color café obscuro.

La corriente es hacia abajo de donde me encuentro

Es violenta y turbia.

La observo y me pongo ansioso y nervioso.

Veo de repente a Luis Antonio yendo a la par de la corriente.

Le grito que nade hacia un lado. Grito con todas mis fuerzas.

Solo distingo su torso y cabeza. Más él continúa a la par de la corriente.

……..

Estoy en unos callejones de algún sitio…estoy tratando de llegar a una

salida…hay unos cuartos…una obra negra…niños desaseados por los cuartos…

las paredes son blancas…el piso es tierra…hay puertas de madera vieja…

no porto cartera ni un tipo de identificación…tampoco efectivo…

ignoro mi nombre…no se adonde quiero ir…tengo frío…tartamudeo…

las ramas de unos árboles me rozan…hay un río a un lado…

una vegetación espesa…súbitamente me encuentro suspendido en el aire…

y me muevo a una velocidad impresionante…y me elevo y veo el océano

de cabo a rabo…me atemorizo…estoy a punto de estrellarme contra una montaña…

me elevo aún más…hay una inmensidad intimidante…

Cuando despierto.

Todo parecía pasar en tiempo real.

Había textura. Profundidad. Color. Como en este momento que lo

describo tocando las teclas de esta computadora.

Mis sueños a veces me asustan.

Ernesto Onofre

Leave a comment