Día de no ir a misa.
Dormir hasta mediodía.
Despertarme. Voltearme y dormir el otro lado.
Hasta las dos.
Almorzar lenguado. Con vino blanco.
Escuchar a Tony Bennet.
Descansar el almuerzo en el sillón.
Abrir puertas y ventanas. Leer un rato.
Tomar la siesta.
Jamás imaginé llegar a ser tan decadente.
Ah, no hay tiempo para pensar en eso.
Los veo a las seis para cenar.
No olviden el vino.
Buen domingo.
El Negrito.