Tachonada de estrellas con luna llena. Y como sabes mi amor, en la
orilla Norte de la ciudad, hay uno que otro poste de luz público.
Eso me favorece porque alcanzo a ver tan claramente la luna y las
estrellas, que me atrevería a decir que las alcanzo simplemente
estirando mi brazo. Cosa que aproveché de inmediato en tan clara
noche. Y que comienzo a coger puñado tras puñado de ellas. Y de paso
le arranqué un trocito a la luna. Y una vez frente a mi pequeña mesa
en mi buhardilla, las hilé; cuidadosamente y de una por una.
Reservando el trocito plateado de luna, para agregarlo como medallón
del collar que hilé con hebras de seda de la araña que vive en el
resquicio del vértice de la ventana. Una vez terminada mi linda pieza,
la puse en la cajita forrada de terciopelo donde guardo tus besos, y puse
también unas Flores de Noche para perfumarla.
Ahora si, ya puedo retirarme a pensar en ti mientras el grillo me canta.
Momento que aprovecharé para leer un poco más y luego dormirme.
Te amo, amor mío.
EO