Te prometo asesinarla con todo mi amor. Todos mis besos.
Lenta y suavemente. Antes de hacerlo, le haría saber que no está bien
hacer eso a una niña como tú. La tristeza se deja para las cosas tristes
de la vida. No para las cosas buenas y alegres de la vida. Mira nada
más que atrevimiento! No te preocupes, esto yo lo arreglo.
En un santiamén has de sentirte mejor. Ahorita mismo arreglamos las
cosas como deben de ser.
– Tristeza, escucha. No debes ni por casualidad enfadar a esa niña.
Estamos? Está bien. Ahi lo dejamos.
Ya está, dulce hermosa niña. Ya no has de sentirte triste más, un solo
día.
EO