El Príncipe de Mazatlán. Capitan marinero de alta envergadura.

Llegó a pescar hasta arrecifes completos. Jalándolos a bordo con sus

propias manos. Mi hermano Chico, hasta las olas le obedecen. Así.

Las olas apaciguan su paso al verlo. De ese tamaño. Aprendió el

movimiento de la luna y a tejer sueños con sus rayos. Así.

El hombre de campo monta caballos. Mi hermano Chico delfines.

Así. Cada que le da la gana conversa con las estrellas.

Tuvo tres hijos que son tres colores del arco iris. Así. Y tiene una esposa

cuya risa llega hasta el cerro mas alto, hasta el mismísimo Faro.

Así. No exagero. Es capaz de hilar cuento tras cuento tras cuento.

Un libro oral. Y si no le cortas la conversación, se amanece.

Mi hermano Chico está mas vivo que la misma vida. Cosa seria.

Su casa es del tamaño de un jarrito, como su corazón. Pero tibia y

amorosa es su habitación. Su vista al timón escudriña el azul marino

Del Mar mientras las sirenas tratan de seducirlo. Así. Es que es tan

guapo como yo. Es algo así como una dulce maldición. Así.

Y ya mejor ni le sigo si no no termino. Con lo de arriba les digo todo.

Así.

EO

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