Hemos vivido tantas experiencias juntos. Todos a la vez. La
proximidad física entre nosotros es de una puerta a la otra.
Por ende, cada vez que se suscita un evento, bueno o malo, todos
terminamos siendo partícipes. Como la boda de Juan el hijo de Doña
Rosa y Don Refugio, los del #10. Con Rosita la hija de Don Rosendo
y Dona Margarita, los del # 2. Una pareja de jóvenes muy trabajadores
y estudiosos. Él trabaja de mecánico y estudia Derecho. Rosita trabaja
de secretaria en Recursos Agrarios en el Municipio de la ciudad.
Y está estudiando enfermería. El uno se recibe el año que entra y
Rosita ahora en septiembre. La suya fue una linda boda. Los casó
el hijo de Doña Patricia y Don Pablo, los del #7. Que ahora es juez.
Aquí fue la ceremonia. En el patio. Limpiamos todo entre todos.
Pusimos adornos florales por todos lados también. Principalmente a la
entrada y al fondo del patio. Al pie del arrayán. Huy, una cosa hermosa.
Los hijos pequeños de Rubén y Josefina fueron los pajes, Arrojaron
pétalos de rosas de la entrada hasta el lindo arco ceremonial adornado
todo de fragante Flor de Noche. Como la boda fue a las seis de la tarde,
la Flor de Noche aromatizaba todo el patio. Y luego de la ceremonia
continuamos con la recepción, el primer baile y la gran fiesta. Fue muy
bonito. Y de esa forma convivimos. En la alegría y en la tristeza.
No hay lazos filiales, mas los hay por el cariño y apoyo que nos hemos
dado tantas y tantas veces. Y estos lazos, son muy fuertes. Somos un
tejido de brazos amorosos. Tanto así, que hemos más de uno
terminado casándonos como Juan y Rosita.
EO