Cuando finalmente nos respetemos unos a otros debidamente?
Ya han transcurrido 23 siglos después de la crucifixión de aquél buen
hombre que se preguntaba al parecer lo mismo. Y quien sabe cuantos
siglos antes de él. Si, con grandes pensadores por aquí por allá y mas
allá. Pensadores que se pasaron toda la vida tratando de descifrar el
alma del hombre. Desde todo punto de vista. En Grecia
hubo un hombre barbudo. Robusto, que estaba curtido a todas las
condiciones de clima. Frío o calor, se paseaba por su Plaza como
un pichón parlanchín. Uh, no dejaba ir a uno sin dejar de hacerle
cada pregunta, que los hacía pensar. Si, pensar. Y se retiraban luego
con mas interrogantes que las que tenían que resolver ese día.
– Como fue que me dijo? Ah, si. Ya me di cuenta.
Y así la pasaba. Los hacía darse cuenta por ellos mismos de sus cosas.
Uy…eso le caía muy mal a los ricos del pueblo que controlaban todo.
Desde los impuestos hasta en decidir a quien y a quien no mandaban a
la próxima guerra. Y eran unos Porros…de primera. Unos eran
llamados Espartanos. Buenos para el golpe con disco y lanza y lo que
les pusieras enfrente. Apenas si comían. Pero buenos que eran para
romper rodillas. Haz de cuenta los Halcones del D.F. Andale.
Hubo otro hombre muy bueno en China. Ese era una lanza. Uy! Y era
muy tranquilo. Tranquilo el hombre. Su filosofía se impartió por toda
China. Por siglos. Hubo un despunte de otros grandes pensadores
en esto aquello y lo otro. Pero, como nunca faltan los envidiosos, un día
se fue todo abajo. Cuando China fue objeto de invasiones por imperios
que aun hoy en día están activos. Fueron periodos de una brutalidad
humana sin paralelo. Y eso no solo le pasó a China. No, a medio mundo
mas o menos. Si, como ahora. A travez del engaño y el encaje. Como en
algunas familias. Así. Y pues hete que luego de siglos y siglos de
grandes pensadores…unos que fueron envenenados, otros crucificados,
otros arrojados a los tiburones…separados por el dulce potro de la
tortura de la Santa Inquisición. Una belleza. Hasta los siglos últimos…
hubo uno…que ayudó a un país en un lugar de Africa, ya sabes que es
inmenso ese continente. Ese hombre era bueno. No era perfecto. No.
Como tu y yo. No. Pero fue bueno. Pues a ese hombre trataron de
despachárselo, unas mil veces. Si. Pero no contaban con que nuestro
héroe era un lince en eso de la supervivencia. Uy, cuando ya estaban a
un pelito de rana calva por despachárselo…se les escurría como el
viento por las manos. Así era ese hombre. Un monstruo. Todo el santo
día, regresamos a lo mismo. Pensaba, pensaba y pensaba. No se iba sin
pensar antes de dormir. Era de una isla muy bonita, tengo entendido,
queda como a media hora de Yucatán, nadando tranquilamente.
Ah, si. Ese hombre se llamaba Fidel. Si, así le decían de cariño.
Como a Confucio, Confucio. A Jesús, Jesus. Sus mas íntimos, por
supuesto. Hay otro, de la era moderna. Como Fidel. Se llama Andres
Manuel. Uy…! Ese hombre. No te imaginas como lo quieren sus
paisanos. Lo adoran. De nuevo. Ese hombre piensa hasta dormido. Si!
Uy…! Eso le da una rabia a los que ostentaban el poder en su país…que
no te imaginas. Nada mas lo oyeras. Uy, te seduce. Intelectualmente.
Y también, como los otros. Te pone a pensar. Si. Imagina, te pone a
pensar en otros! Eso ya no se ve! No! Ahora todo mundo piensa como
sacar ventaja del prójimo. Como desde el principio.Tu crees que un día
eso va a cambiar? Ojalá…pero lo dudo.
EO