Tanto para el indigente como para el pudiente.

El segundo en recámara con AA controlado. En mullidos colchones.

Luego de una merienda de pescado a la parrilla con ensalada y vino

blanco. Y una conversación muy grata con la esposa e hija.

El enjuague de los dientes y el uso del inodoro. Todo en perfecto decoro.

La bata de seda y pantuflas de piel Italiana lo acompañaron a su

suntuosa cama dentro de unos marcos de caoba. La mujer se desnudó

mostrando su aún firme figura. Yaciendo uno junto al otro, comienza

el ritual de caricias tratando por enésima vez de recorrerse

corporalmente. Explorando y encontrando aquél sitio que no sintieron.

La vida es color rosa. Hay un arco iris de comodidad de lado a lado.

De pared a pared. La cuenta de banco es alta y ancha. Tienen comprado

el mundo material entero. No conocen la carencia ni el hambre.

Únicamente el gozo y el placer diario. Día y noche. Año tras año.

Cuando se suscita un catarro, el galeno va hasta su mismo domicilio.

Desconocen las necesidades del ciudadano común. El obrero. No les

interesa. Esas cosas son para otros. Ellos son especiales. Tan singulares

que ni pareja buscan. Las tienen predestinadas. Cual negocio de

familia. Como cuando los reyes casaban a sus progenies. Así.

Todo lo de arriba suena maravilloso. Salvo…aburrido. Porque si el

hombre no usa su mente para la solución de problemas, entonces?

No puede existir el hombre que únicamente se goce. De ser un sibarita

de tiempo completo. Los 666 días del año. Se ahogaría de tanta miel.

De los mejores vinos. A menos que fueras un cínico sin conciencia

o un completo aprovechado del prójimo. Más…existen. Existen.

Ahi tenemos políticos corruptos que han vivido y viven como unos

completos sibaritas. Aquí allá y más allá. Pero, donde estaba…ah si.

El indigente. Bueno, pues que se le va a hacer? El sueño no lo sabe.

Si duermes en mullidos colchones o vil concreto. Y una vez dormido,

los más dulces sueños son capaces de visitarte. Hasta con ollas de

comida y el mejor vino.

EO

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