Me encanta soñar. Ah…sueño que vuelo…levitando a una velocidad

sin medida. De aquí a allá en una fracción de segundo. Viéndome sobre

montañas y mares. Es una sensación sobrecogedora. Mi mente no

alcanza a analizar todo eso conforme lo sueño. Y el asombro…es

mayúsculo. Sueño edificios y ciudades. En cada una de sus trazos

arquitectónicos. Plazas. Fuentes. Clima. Cielos borrascosos. Lluvias.

Truenos. Profundidad en las avenidas. Lo que está hasta allá desde acá.

Aromas. Sensaciones. Estados de ánimo. El sonido de diferentes cosas.

Musicales. Sueño melodías. Canciones con acompañamientos de

orquestas…de lo que quisiera acordarme al otro día. Recuerden, son

sueños. Y así me la paso de noche en noche. Lo que me disgusta y gusta

es soñar con comida y bebida si mi merienda no fue satisfactoria.

Ah…odio soñar esas ollas hasta el tope de comida y no ser capaz de

tocarlas ni con el índice de mi hambre. Eso si no me gusta.

En fin. Buenas noches.

EO

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