Gracias por recibirme otra vez. Las alas de tu oscuridad no podrían
ser más acogedoras. El calor tuyo es igual al del cuerpo de mi amada
a mi lado. Tus múltiples sutiles sonidos son totalmente agradables.
El canto del grillo, mi hermano. El viento que me trae los sucesos
del día por el vecindario. El aullido del coyote en lontananza.
El suspiro de mi amada en mi cuello. Mis manos acariciando su
cabello. Al inclinarla a mis labios. Su cuerpo fundiéndose con el
mío al momento del clímax…un instante muy breve…porque no es
posible ver el rostro de Dios. Ni del sol. No nos es permitido a ninguno
más de la brevedad del instante mágico ese. Y esta bien. Así esta
trazado en el alma del universo. Y así, te agradezco una noche más.
Ojalá y mañana te lo vuelva a repetir.
EO