En quien crees que pienso cuando a las tres de la mañana me
despierto? Pues en ti. Tú lo sabes. Sé, hasta donde alcanzo
a recordar, que has estado a mi lado. Cuantas veces tuve y me vi
en tanto y tanto accidente en el que mis pobres huesos se vieron
comprometidos. Y quien me sacó adelante? Tú. Uy…si los contara…
no terminaría. Tan solo en 1958. Cuantas veces no me sacaste a salvo de
las olas cada día de ese año que fui a nadar a la playa con los otros
niños de la cuadra, en Mazatlán. Más de trescientas veces. Tú crees que
he olvidado eso? Claro que no. Oye, cada día que me rescatas de las
olas de metal de la ciudad…que te puedo decir…? Y que te puedo decir
del infarto de hace un año? En quien pensé antes que el cirujano me
cortase en dos? En ti. Pero…tú sabes que no ando de aquí a allá
diciendo: ay, Dios por aquí y Dios por allá. No. Te llevo en mi y en
la privacidad de la sala de mi corazón. Te tengo el cántaro de amor
en la pobre mesa de mi casa a tu disposición. Y la sombra fresca de
mi amor también. Tú sabes todo eso. No sé ni porqué te lo estoy
diciendo. Bueno, ya te voy a dejar en paz. Descansa porque mañana
vas a seguir ocupado cuidando de mi. Sabes que te amo. Gracias
por todo.
EO