Sería tan interesante levitar y desplazarme de parroquia en
parroquia mañana domingo por la mañana y oír los sermones de
los sacerdotes católicos.
– Oremos por Israel. Como ustedes se habrán enterado, está siendo
blanco de ataques de terroristas! Si! Hombres malos y sin escrúpulo
alguno, están despachándose niños, adultos y ancianos, a diestra y
siniestra. Así como lo oyen. El fin del mundo está próximo! No se les
pase dejar el doble de sus óbolos. La santísima iglesia va a necesitar
víveres, provisiones extras, y vino, para ser capaces de interceder
entre ustedes y el creador. Si. Los gastos han aumentado y las señoras
que antes nos asistían domésticamente ya no se conforman con la
salvación eterna que les tenemos asegurada. No. Ahora exigen un
sueldo! Imagínense a donde hemos llegado. Este presidente…este…
comunista! Eso; este presidente comunista nomás ha estado instando
a todos a pensar. A pensar! Políticamente! A donde vamos ir a parar!
Santa Guadalupana! Santo Rosario de Chalco, Santo Calvario del
Tránsito diario! Las cosas están tan caras, que el pobre Sr. Cura ya
hace tiempo que no toma su chocolate y conchas en el desayuno. No.
Si acaso un café medio cargado. El café ha subido de precio. Si, si, si.
Para todos ustedes también, pero para que el Sr.Cura y nosotros
suframos! Por favor. Pero les decía, debemos orar por nuestros nunca
bien ponderados hermanos Israelís. Viven junto a un vecindario de
vividores y maleantes. Que se la pasan arrojando piedras y unos
cohetes hechizos, como los de los castillos que Don Refugio hace para
las fiestas de la Santa patrona del barrio. Pues, esos. Se la pasan
haciéndolo todo el santisimo tiempo! Y pobres de nuestros hermanos
Israelis, no los dejan dormir! Oye, quien no se va a enfadar. Pues estos
queridos hermanos nuestros, descendientes del mismísimo Jesús! Si, de
aquel que fue crucificado, por revoltoso y enfadoso. Pero que en el
fondo era muy linda, linda persona. Esto nos lo dijeron en nuestras
clases de Teología, en el Vaticano. Claro, siendo las mismas palabras
de Dios. Ese. El veintiunico, que menciona la sagrada Biblia. El libro
mas sangrado, que digo, sagrado del mundo entero. No hay otro como
ese. No me digan que no lo han leído y vienen nada más los domingos
para que yo les platique acerca de el. Basta que sepan que lo escribió
el mismísimo Dios. El padre de Jesús. Así. Así. Que como fue eso?
Muy sencillo. Un día que Dios no tenía algo mejor que hacer, lo que
era a diario, se le ocurrió tener un hijo. Así. No, no, crean que tuvieron
ese hijo como Juana y Ramón del que no se supo ya más luego de
haberse enterado del embarazo de la Juana. Bueno, eso fue el caso
de cómo nació su hijo, como el de todos nosotros.
No, Dios dijo: sea un hijo mío. Así. Y así fue. Y el que dijera otra cosa, ha
de ser ex comulgado, torturado, colgado, sacado en el tendedero de la
ropa. La palabra de Dios es sagrada. Amén!
– Amen!
– Oiga, Sr. Cura, y los Palestinos?
– Quienes?
EO