Tengo un catarro horrible. Ya tengo cinco días cargándolo.
Se siente más pesado que el plomo en los hombros. El peso este
se siente en mi mente. Más pesado que tú sobre mi. Lo cual es sublime.
No, este peso es el de cinco cruces siendo cargadas por el mismo
Jesucristo. Así. Para que te des una idea de como desvarío en decírtelo.
Imagina una olla de mosquitos en tu cabeza. Anda. Así. Ya no sé que
pensar. Le doy vueltas a mi calendario y no veo faltas. Tú sabes como
soy de organizado una vez cada año bisiesto. Así. Ya probé todo
remedio habido y por haber. He llegado a la conclusión de que la
solución a mi problema, eres tú. Tú. Siendo el remedio universal para
todo mal. Cubriéndome con la suave tibia sabana de tu piel.
De pies a cabeza. He oído a doctores decir eso: cúbranse todo el cuerpo
Amor mío, perdona que no te llamé. Fue por lo mismo. Estoy sin voz.
Solo cuento con la de mis dedos diciéndotelo. No te enfades conmigo.
Ya, ya voy a tratar de dormir. Buenas noches.
EO