Que viven muertos en vida. Por esto o por aquello.
En cuyos corazones habita el cenzontle mudo. Y el trino
del resto de los pájaros no los anima. Tomen ánimo por un día.
Y luego por otro. El silencio ensordecedor de la eternidad no es para
todos. Y menos si eres de esos a quienes les encanta la algarabía.
Si. Entiendo que usas el ruido que llamas musical para anestesiar
tus días que encuentras vacíos. No te estoy juzgando. A mi me gusta
el silencio. Pero todos sabemos que todos somos diferentes.
Si. La pérdida de ese ser querido que era todo para ti…murió.
Más el Dios que vive en ti te necesita. Más que tú a él. Así.
Lo vas a abandonar? Dejar morir en soledad y en sed y hambre de
ti y tú amor? Las viscitudes de la vida son aparentemente finales.
Pero no. El palpitar de tu corazón te dice a cada momento: aun vives.
No debes abandonarte a ti mismo. Tu espíritu te lo exige y reclama.
No te rindas hermano.
EO