Se tiene planeada una posada para este próximo domingo

a las seis de la tarde. Voy a llevar mi ceviche que sé que siempre es

un éxito total. El primero de los demás bocadillos y platillos en

desaparecer de la mesa al ir a parar a nuestras golosas barrigas.

Después de esa, cada uno va y saluda a los suyos. Voy a llevar mi

guitarra para acompañar al que quisiera cantarle una canción

a sus seres queridos. Y luego de todo eso, iré por mi propia cuenta

a cantar y platicarle a los lindos huesos de mi madre. Ya tengo

preparada mi mochila con mi botella de Tequila. Limones y cigarrillos.

La lata de atún que no me perdona el gato, amigo de mis veladas.

Rosa me quiere acompañar esta vez. Y pues hemos de ir los dos.

No pienso quedarme esa noche. Tenemos también el plan de

convivir con dos parejas de amigos nuestros. Rosa les ha comentado

de lo rico que preparo el salmón y pues no les quiero quedar mal.

Es realmente un platillo sencillo. Aderezo el salmón con sales de ajo y

cebolla. Sal y pimienta. Fideos delgados por un lado, mezclados con ajo

mantequilla y ajo bien picado. Los mezclo con hongos y salsa de soya.

Y con un toque de chícharos. Pan tostado con mantequilla y sí, más ajo.

Y, unos espárragos al lado. Y para pasarlo todo al abismo del estómago,

un vaso de vino blanco. O…tinto…o…rosado…o en su defecto, agua.

Nada complicado.

Queridos, ojalá estén pasando unos días decembrinos lindos.

EO

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