El faraón murió. Y pasó a ser un grano de arena más del desierto.
Con todo y el embalaje de su decrépito cuerpo. Sus sandalias
de oro por correas. Su mísera humanidad como la del trabajador
incansable construyendo su tonta e increíble pirámide. Ahora es
para todos nosotros una momia inánime, obviamente, de un individuo
que ejerció un poder absoluto. Llevando a miles de sus compatriotas
a la punta más alta del cerro en forma de pirámide…para terminar
siendo exhibido en público ante el mundo entero. En radiografías y
otros estudios médicos de alta tecnología, que muestran hasta lo que
comía. Hazme el favor. Ah, eso si. Se creía la divina divinidad, valga
la redundancia. Si, si, si. Algo así como un PN. Un Fox. Un Calderón.
Ándale. Total, ahí está ahora el pobre faraón que ninguno quiere!
Así pasa. Un día eres especialmente poderoso, otro día nadie.
Te digo. Esto de la vanidad humana quien sabe desde cuando existe.
En mi caso, desde que nací, si. Me ha traído problemas porque pienso
que por ello, los demás han de ser deferentes y respetuosos conmigo…
nada de eso! Soy tratado como una total nulidad! Tú, crees? Pues así es.
Pero, que le vamos a hacer. Soy feliz conmigo mismo y mis siete novias.
Que más podría pedir?
EO