Toda nota musical escrita por el hombre, no se compara
a las notas escritas por el cielo. Aquí a dos pasos.
Rozando los vidrios de la ventana, a las tres de la mañana.
El cuervo, el grillo, la lechuza…están ahorita cada uno en su
individual refugio. Prestando atención a la lluvia de ahorita.
Vete a saber que de cosas estarán pensando.
– Déjame ver…déjame ver…
Siento esta lluvia en mis oídos…aquella sensación amorosa
que de niño sentía cuando una tía mía rascaba mi
cabeza y me quedaba dormido al hacerlo. Tenía cuatro años.
Mi lindo perrito siente lo mismo. Le rasco su cabecita y pancita…
y cierra sus ojos confiando en mí. Aparte de ser un dormilón, no te
creas. Mas el momento mágico de ahorita quiero disfrutarlo por
otra media hora más. Hay tantas cosas que la lluvia me cuenta que
ni sé de qué me habla. Creo que voy a dejar el tablero y regresar a la
almohada.
EO