Soy el más feliz del mundo cuando cruzas mi pecho

con tu brazo derecho. A medianoche. Cuando la lechuza

ulula y el grillo canta. Y el viento fresco con aroma a Flor

de Noche nos empapa con su dulce brisa. Y soy feliz cuando

descansas tu cara en mi hombro mientras mesas mi cabello.

Diciéndome todo con tu tibio suspiro en mi pecho. El santo y

seña del significado del universo. Mientras la luna asoma sus

argentinos rayos. Las cortinas de la ventana van y vienen

al mismo tiempo que acaricio con los brazos de mis labios

los tuyos. Las sábanas tibias con el cobertor encima, me hacen

sentir estar en un capullo del que si la fortuna lo dispensa,

mañana he de amanecer con alas. Todo esto lo siento por ti

y tu dulce amor.

Descansa, amada mía.

EO

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