Una conciencia tranquila. No. No siempre estoy en paz.
Es siempre una cosa u otra. Y las interrogantes van y vienen
por mi cabeza. Y pienso esto y aquello y esto y lo otro.
Mi mente está en ebullición a toda hora. Y el platillo jamás
se materializa. Es el cansancio mental el que finalmente hace su
trabajo. Y me paso al mundo de los sueños. Levitando en ellos…
partiendo gigantes en dos como Don Quijote…soñando, uno llega
a ser tan bueno como Don Quijote, claro. Para enderezar entuertos
y corregir el mundo todo. Mas en sueños, el silencio conmigo
es mi dulce hermano. Siento cual me rascara la cabeza diciéndome
no preocuparme. Pero mi sino es inevitable. No sé cuando lo comencé
ni cuando lo terminaré. Imagino, hasta el último segundo.
Pues que así sea.
EO