Siempre ha sido así. El hombre le ha acomodado a su manera.

Todo el tiempo. Desde que vivimos en las cuevas. Ah, y sin

pagar renta. En todo aspecto, en esferas económicas y sociales.

Obviamente, la económica reflejando tu futuro sino social.

Así es. Tú lo sabes. Porque siendo la hija de Don Juan.

El presidente del partido político que controla tu barrio…

no te vas a ir a buscar a Juanito, el joven simpático y amable

que te despacha la verdura en el mercado, sino al joven en ese

colegio privado en el que tu padre te tiene matriculada.

Ahí estudia, ( o se hace que estudia…EPN ), Robert, si, así le dicen.

Cuando su nombre es Roberto. Se oye más importante en Inglés.

Y es un estudiante mediocre que jamás entrega la tarea a tiempo

y cuando pasa al pizarrón a dar su lección, es un rotundo fracaso.

Hey, pero es bonito. Y tiene juventud y un futuro asegurado…ves?

Decides y te quedas con Roberto, perdón, Robert. Así están las cosas.

Cuando Judas…hace como más de dos mil años…caminaba a la par de

dicen aquel buen hombre Jesús. Se la llevaba suave. Todo el día por

aquí y por allá. Dando la vuelta en la lancha…comiendo pescado fresco

e higos. Queso de cabra de vez en vez. Un sorbito de vino de vez en vez.

Un día se le presentó la oportunidad de lucrar en una forma

inimaginable. El gobierno político que ocupaba Palestina entonces,

le ofreció la jugosa y nada despreciable cantidad de 30 Shekels.

Un Shekel era tu salario por tres días. Dos, mínimo. Imagínate.

Un tercio de tu Shekel, te daba para el mandado en el mercado.

Para el desayuno comida y cena. Que se acostumbraba por entonces…

la dieta era: queso de cabra…una tira de pan…aceite para cocinar…

nueces…higos…y párale de contar.

Judas vio estrellitas. Por fin tendría la oportunidad, como nuestro

Macario, de comerse un pavo para el solo. Una docena de higos.

Un litro ( aún no se inventaba ) de tinto. Traído por los Fenicios.

Dos prostitutas que operaban a las orillas de Nazaret…por dos

Shekels. Y un cántaro de tinto para el solo…esas 30 monedas

le nublaron el entendimiento y por ende, su amor y apego por el

buen joven Jesús.

– La carne es débil.

Se dijo a sí mismo.

Y cedió. O “ aflojó “, como dijo un excelentísimo presidente de México.

Y se vio Judas en un problema del que hasta ahora se comenta.

Si. Mientras todo estuvo en su cabeza dándole vuelta y vuelta…

no sentía…la gran cosa….ah, pero en cuanto ejecutó el compromiso

que se le había dado y al cual se había prestado…se deslizó la cintilla

de su pantalón y del primer árbol que encontró se ahorcó. Y ahí pagó

su error.

Los tiempos han cambiado. Ya no hay un Judas honorable más en

la Tierra. Ahora abundan, abundan. Delatan a Jesús, Juan, Refugio, a

Guadalupe, y a todo mundo. Por millones. Viviendo de una forma

indescriptiblemente obscena y vulgar. Aquel litro de vino que nuestro

Judas pensó iba a beber y disfrutar…ahora son viñedos extensos con las

mejores uvas. Así viven ahora los Judas de hoy en día.

Sin remordimiento de conciencia y ni un escrúpulo de reproche.

Esa es la diferencia entre aquellos años y los de hoy.

Si, si, si. Así han sido las cosas siempre. Todos lo sabemos.

Desde siempre.

EO

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