No haberla sido capaz de apreciar antes de un infarto.

Y al parecer, después del mismo. Dios, cómo, somos unos

incapaces…cortos de entendimiento…diminutos…reducidos

en apreciar la grandeza del instante de la vida que disfrutamos?

Parece ser igual a cuando no tienes un catarro. La vida es perfecta.

Te viene un catarro, es el fin del mundo. Igual.

“ Nadie sabe lo que tiene hasta que ya no lo tiene “. Reza el dicho.

Así es. Toma ver tu cartera delgada como una página, para darte

cuenta cuando estaba dos dedos de ancha. O, cuando aquel pastelillo no

se te antojaba, y ahora se te hace agua la boca por probarlo.

Que cosas. Te ha pasado? No me digas! Oye, pues que nos pasa?

Ah, que hermoso sería ser capaz de apreciar cada segundo que vivimos.

Ojalá que tú si lo sientas así.

EO

Leave a comment