Aún…veo, discrimino lo que toco…

oigo…el canto del grillo, el ulular de la lechuza, el aullido del

lobo…el dulce sonido de la lluvia y de la hojarasca arrastrándose

junto al árbol. Aquí nó más a dos metros de distancia de mi

ventana. Disfruto el sabor a tierra del agua del cántaro con mi jarro.

El café por la mañana acompañando un trozo de chorizo con una

tortilla. El movimiento de mis nueve articulaciones, creo que son

cuatro, pero voy a agregar cinco más. Total. Oye; el movimiento de

mis delicados dedos al rasgar las cuerdas de mi pobre guitarra.

Lo hago con mucho amor…más no soy lo suficientemente apto

para acariciarla. Seré burdo en mi forma de hacerlo.

Mas siento que le gusta acompañar mi voz al momento de cantar

una canción. Que cada vez que lo hago lo hago de corazón.

En fin. Tantas cosas. Que más…oigo, veo, me muevo, cocino…

arreglo cosas…usando martillos, desarmadores,

cinceles, pinzas, serrucho, cinta métrica y hasta Inglesa…camino

a mi hermoso perro, juego con él…me besa…se echa sobre mi pecho

para acariciarlo…ayudo a mi vecina…todo es lindo y maravilloso.

Y todo podría igualmente terminar en cualquier momento.

EO

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