Ese día que el sol se ocultó de la rabia por la farsa
perpetrada contra López Obrador. Y se fue al otro lado del
universo a vomitar de la impotencia. Más la inteligencia y
paciencia de ese hombre bueno pusieron a todos sus adversarios
sobre aviso. Su discurso resonó hasta las estrellas. Y hasta el último
rincón del corazón del ciudadano congregado escuchándolo. Bebiendo
sus atinadas oraciones cual desierto sediento de justicia. Y su salida
del recinto no fue la esperada por sus enemigos. No. Fue la de
un hombre resuelto a luchar hasta con la última fibra de su ser
y cada neurona de su educada mente, por el ciudadano. No salió
abatido ni humillado. Sino engrandecido, del hombre su sino.
El recibimiento de los presentes fue apoteótico. Habiendo
comprendido su mensaje a la nación. Y esa tarde el corazón de
nuestro hombre se convirtió en el del tigre que todos sabemos
lleva dentro. Cómo? Absorbiendo esa energía única que da el amor.
Un pueblo entero se enteró del actuar de ese hombre y desde ese
momento iban a estar con él hasta el último momento.
Y nuestro hombre…viajó de la Ceca a la Meca. Recorriendo y
visitando cada ciudad, cada pueblo y cada ranchito. Y en cada
uno de esos, sus discursos hacían mecer hasta los maizales
del gusto y esperanza que daban. Mientras trabajaba incansablemente
por lograr su objetivo, sus adversarios, como él los llama, el ciudadano
les llama de otra forma; se burlaban. Más un día…el día tanto esperado
llegó…el sol brilló en todo su esplendor y un arco iris surgió de océano
a océano. El día de su ascensión a la Presidencia. Aquella tristeza de
aquel nefasto había quedado atrás. Asomaba ahora en el balcón
presidencial un hombre bueno. Que no iba a mentir, no iba a robar
y no iba a traicionar al ciudadano. Ese monstruo hermoso que hemos
tenido por presidente. La envidia en más de un continente. En unas
semanas más se jubila y se va a esa quinta que parece muy linda.
Cómo nos dijo: a hablar con los árboles y oír a los pájaros.
Te vamos a extrañar querido hermano Andrés Manuel.
Pero como dijiste: cumpliste tu ciclo.
Y sede lo más profundo de nuestro corazón te decimos: trabajo
bien hecho. Gracias.
EO