Es el nombre de la perrita de mi cuñada Bettina.
Nos hizo saber que va en camino al veterinario
para ” dormirla “. Los últimos días que nos visitó, Lulu
ya no brincaba más a mis piernas. Para rascarle su cabecita.
También le daba trozos de pollo o pavo y en cuanto
llegaba, me miraba diciéndome: vamos a la cocina. Luego regresaba
y se echaba próximo a Bettina. Ultimamente había perdido
mucho peso…nunca se quejó. Solo quería estar próximo a Bettina.
Tenía como todos los perros, los ojos más dulces y mirada tierna.
Pero claro, para uno son los más hermosos. La edad la alcanzó.
Como un día nos va a alcanzar a ti y a mi.
No hay problema. Digo. Yo que sé!
EO