Muchas gracias por todo. Por caminar la dulce espalda de nuestra
Madre Patria por todos sus rincones. Haber conocido y haberte
enterado de nuestros problemas más próximos. Con tus pies
descalzos y pantalón arremangado cruzando un camino de
lodo. Y haber caminado con tus zapatos sin lustrar, por los
caminos construidos por las manos de nuestros hermanos y su
genial artesanía. Por todas esas carreteras que ahora serán
eternas o hasta que la Madre Naturaleza las reclamara.
Gracias por tu amorosa sonrisa. La misma que hizo morir de
rabia y berrinche a más de uno de tus adversarios. Como tu
les llamas. Gracias por tu inmensa humildad que nos llenó de emoción.
Tus rodillas tocando el suelo sagrado de una de nuestras increíbles
pirámides…mientras tu mirada llegaba hasta el Atlántico…hermano…
trajo lágrimas de admiración y respeto total ese tú humano acto.
Podría continuar…pero pecaría de zalamería. Y no lo voy a hacer.
Muchas gracias por todo y buena suerte.
EO