Sin haberlo sentido, así de repente. Tus músculos se volvieron

flácidos. Tus musculosos brazos redujeron su diámetro.

Así como el de tus antes incansables muslos. La fuerza con

que azotabas el marro se redujo a la del martillo. Tu agilidad

mental de la que te jactabas…tiene ahora problems para recordar

la tabla del 15. Uy! Cuando te la sabías de memoria. Tu espesa

cabellera que competía con la crin del caballo de Don Julián el

del rancho. Negra como las plumas del cuervo, se volvieron

del color blanco de la paloma. Los surcos que trazabas, que hendías

con la yunta, ahora te las puedes ver en tu frente. Profundas como

la vida misma. No te preocupes. La rosa no mantiene siempre la

misma tersa piel. Y la montaña la misma forma. Estamos sujetos

a cambios por las leyes de la Creación. Felicidades por cada uno

de esos pasos cósmicos y sagrados por lo que has atravesado.

Siempre y cuando tengas la fuerza para traer hacia ti a tu amada

contra tu pecho…todo está bien.

EO

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